Sigilo


viernes, 5 de agosto de 2016

LOS LUCHADORES DE SUMO


“Desdramatice Jorge”,

me dijo una vez un psicólogo

luego de oírme un largo rato.

Se sacó los lentes,

 los apoyó suavemente

sobre el escritorio y agregó

“No lo pase todo por el corazón”.

Sucede que el buzón de entrada 

de mensajes del celular

hace unos días está vacío.

Nadie ha intentado

contactarse conmigo.

Se trata, por ahora,

de una nada transitoria.

La imperiosa necesidad

de querer y ser queridos,

parece ser la fuerza

que mantiene unida a la manada.

Por eso hoy

en este pasillo desierto,

hago una respiración profunda

para  que los luchadores de Sumo

que habitan  mi cabeza

no se empiecen a pelear.

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