Sigilo


sábado, 15 de junio de 2019


Cada tanto…
cuando llego a casa
y nadie me ve
acaricio discretamente
la puerta de entrada.

Paso mi mano
sobre el lomo
del animal
que muerde
y no suelta.
El que lame las heridas
como nadie.
El más feroz.
El más querido también.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario