Sigilo


sábado, 23 de marzo de 2019

JAMÁS




Es un niño.
Me dice “ tenés la mano calentita”
cuando cruzamos la calle.
Entramos a la salita de cinco
y colgamos la mochila
en el lugar de siempre.

Ella por las madrugadas
apoya su cabeza en mi pecho
y su mano sobre mi corazón.
Y así duerme un trecho más.

No está en ningún libro.
Y los contiene a todos.

Aún así le sobra espacio.

Quedará en nosotros por siempre.
No se irá jamás.




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