Sigilo


viernes, 24 de noviembre de 2017

EDAD TERCERA

Se conocieron hace un tiempo
en el Centro de Jubilados.
Hablaron de los  hijos
que se fueron  de casa
y de los  nietos .
Más en confianza,  venciendo el pudor,
hablaron de los que no están.
De cuanto amor hubo allí
adonde ahora hay un hueco .
De cuánto duele ese hueco.

Desde entonces,
ella comenzó a demorarse
un poco más frente al espejo.
El volvió a afeitarse todos los días.
Una noche fueron juntos a ver a Django.
De allí  a comer una pizza.
Esa noche lo dejó entrar a su casa.
Hicieron sus cosas lo mejor que pudieron.
Al otro día cada uno pensó para sus adentros
“ no es lo mismo, nunca lo será”.
Ya se sabe, las comparaciones son odiosas
y todo tiempo pasado fue mejor.
Un fin de semana fueron
con un contigente a las termas.

Él le contó  de ella a sus hijas.
Ella le contó de él a sus hijos .
Las hijas de él no la aceptan.
Dicen “ que se hace la buenita”.
Los hijos de ella, allí están,
ni fu ni fa,  pero han tomado nota
que ella volvió a reírse,
casi, casi como antes .
Y así  siguen yendo.
Cada tanto se asoman  al hueco.
 Ahora , no es tan grande.

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