La vida pasa
como un vientito
y roza al poeta.
Entonces el
poema arranca.
En el poema está
el dolor.
Está el amor.
Está el tiempo
que nos
atraviesa y nos modifica.
Un poco aquí, un
poco allá .
Arriba del
suelo, abajo del cielo.
De repente el poema enmudece
y todo
sigue igual que antes.
Su presencia no
alteró en nada
el mundo de los
hombres.
Es un hermoso
cero a la izquierda.
Flotando en el
vacío,
solito mi alma,
puro exilio,
fiel como un
perro;
esperará al lector
que viene del futuro,
para volver
a la vida,
regresar a su patria,
entrar otra
vez a su casa.
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