Me
queda una sola bala.
La
bala de plata.
No
tengo mucho tiempo
y no hay margen de error.
Cada segundo cuenta.
La
pólvora en chimangos
ya
la gasté.
Elijo
la poesía.
Mi
bala de plata.
Es
ahora o nunca.
Debo
volver a nacer.
Sube
por el cuerpo
una
serena alegría.
Apunto.
Apunto
bien.
Y
me disparo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario