Sigilo


martes, 22 de noviembre de 2016

AFUERA LLUEVE

¿Qué hacer?

¿Salir a mojarse
y chapotear en los charcos
pura risa como en la infancia?

¿Mirar tras la ventana
todo lo que se pueda
hasta que se lave
la melancolía?

La conciencia
traspasa el vidrio
llega hasta el niño
en medio de la lluvia
y vuelve
a quien sabe de la precariedad.

El corazón se mece.
Se hamaca.
Piensa.

Allí están
bajo la lluvia
los que se fueron.

No hay pena
ni tristeza en ellos.

No se. Eso creo. Me parece.

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