Sigilo


jueves, 25 de agosto de 2016

TAI- CHI


Andar sin ruido.

De  ruido, por estos pagos,

ya  hay suficiente.

Tampoco hace falta

levantar la voz.

A las palabras les basta

con su propio peso,

con su silencio

y su corazón.

Siempre hay

un buen entendedor.

Y si no,

se lo espera todo lo que haga falta.

Irse sin ruido.

Como una nube.

Como una brisa.

Así nomás.
 

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