Cuando era cachorro
a nuestro perro
lo atropelló un auto.
Fue un manotazo helado.
Desde entonces va por el mundo
sobre tres
de sus cuatro patas.
A la pata lastimada
no la puede apoyar.
Corre
salta
va y viene
como si nada.
Se las ingenia
y vive así
a la par de otros perros.
Sin embargo
hay noches en que
se lo ye quejarse.
En cuanto a mí
a veces me acuesto
del lado que duele.
Arrojados del paraíso
hace ya tiempo,
de tanto en tanto
nos miramos largamente.
Como si supiésemos
de qué se trata.
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