Se conocieron hace
un tiempo en el Centro de Jubilados. Primero hablaron de los hijos que se fueron hace mucho de la casa y de
los nietos . Ya más en confianza,
venciendo el pudor, hablaron de los que no están. De cuanto amor hubo
allí adonde ahora hay un hueco . De cuánto duele ese hueco. Desde entonces, ella
comenzó a demorarse un poco más frente al espejo. El volvió a afeitarse todos
los días. Una noche fueron juntos a ver a Django. De allí a comer una
pizza. Esa noche lo dejó entrar a su casa. Hicieron sus cosas lo mejor que
pudieron. Al otro día cada uno pensó para sus adentros“ no es lo mismo, nunca
lo será”. Pero ya se sabe, las comparaciones siempre son odiosas y todo tiempo
pasado fue mejor. De ahí en más cama afuera siempre. Un fin de semana fueron
con un contigente, a las termas. Él le contó de ella a sus hijas. Ella le
contó de él a sus hijos . Las hijas de él no la aceptan. Dicen “ que se hace la
buenita”. Los hijos de ella, allí están, ni fu ni fa, pero han tomado nota que ella volvió a reírse,
casi, casi como antes .Y así siguen yendo. Cada tanto se asoman al
hueco. Ahora , no es tan grande.
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