Sigilo


miércoles, 28 de diciembre de 2016

HOMBRE

Ando conmigo
todo el día
en medio
de la incesante molienda del mundo.


De repente
arranca un poema.


Trato de escuchar su voz
que va creciendo
y de cuidarlo
de mi sombra.

De repente también
cuando él quiere,
el poema me suelta.

Lo veo irse
calle abajo.

Me dobla en estatura.

Es todo un hombre.

Ya no me precisa.

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