Cuando se juega contra la muerte
siempre toca de visitante
y
viento en contra.
El resultado final,
ya se sabe.
Así y todo
cuando juguemos por los puntos
juro que se la haré difícil.
Pararé dos líneas de cuatro
y cuando se descuide
contragolpearé con lo
que tenga.
Le haré saber
de una u otra forma
que habrá que ir a los penales;
que amo y mucho
la porcioncita de mundo
que me tocó en suerte.
Cuando el partido termine
no habrá gloria
pero tampoco pena.
Entraré al túnel negro
con un bolsito en la mano
con todos los abrazos, todos;
todos los besos, todos,
todas las buenas charlas, todas,
todos los dulces silencios, todos,
todos los imborrables rostros,
todos.
Rostros jugosos,
crocantes,
al dente.
Lo tomaré fuerte
bien fuerte,
y así me iré, con todos ellos,
todos.
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